Meritocracia, según el diccionario RAE es un sistema de gobierno en que los puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales.
La meritocracia establecida
como método de valoración individual en algunas instituciones castrenses
determina la formulación de los famosos cuadros de mérito, esto origina el
puntismo, que se traduce como la lucha del alumno por obtener unos puntos más
que sus colegas, a todo esfuerzo y a todo costo para mantenerse en una ubicación
expectante.
El miedo de los evaluadores
por evitar las injusticias o las apreciaciones erradas, hace que recurran a
darles mayores puntajes a las evaluaciones escritas, donde se obtenga y disponga
de una prueba fehaciente que evidencie la nota exacta del evaluado, en caso que
por algún motivo el alumno reclame su nota obtenida.
El principal instrumento de
evaluación es la prueba objetiva de alternativas múltiples, de verdadero o
falso, de completamiento, porque permite implementar a mayor cantidad de
educandos, otorga mayor rapidez en la calificación utilizando una simple
plantilla, donde solo medimos la capacidad de memoria del alumno, cercenando su
creatividad, producción individual, desarrollo de su intelecto, ejercicio de su
juicio, capacidad de análisis, síntesis, entendimiento y agudeza, ingenio e
inteligencia.
La doctrina que se profesa
es heredada de las experiencias de la primera y segunda guerra mundial, no
siendo posible actualizar sus contenidos, pues para modernizarlos se tendrían que
ocurrir nuevas experiencias que impliquen movimientos de grandes fuerzas en
condiciones de combate real que permitan sacar nuevas conclusiones y recoger
experiencias que posibiliten hacer los cambios pertinentes, teniendo en cuenta
la naturaleza de las fuerzas y la antigüedad de las armas que se dispone en el
momento.
Esta falta de actualización de
manuales y reglamentos, permite que durante décadas se sigan enseñando los
mismos contenidos, que los instruidos recurran a los famosos “pellejos” (es un
legajo que contiene las unidades de instrucción, las practicas evaluadas, las
pruebas parciales y exámenes finales, es decir toda la información sobre los cursos
de la misma materia que se desarrollaron en años anteriores con sus respectivas
soluciones).
El iniciar un curso con un
buen “pellejo” es asegurarse al menos el segundo quinto, pues los docentes no modificarán
las plantillas de los exámenes o pruebas calificadas, no se darán la molestia
siquiera de corregir los errores que se arrastran desde los años anteriores.
La ansiedad por obtener
mayores puntajes ocasionará que algunos educandos recurran a métodos no
tradicionales para remontar sus calificaciones, sin importar el principio de
honestidad y lealtad que tanto se protege en las instituciones militares,
atropellando a sus colegas y sin respetar el mérito individual de aquellos honestos
que de buena fe se fajan por alcanzar el éxito.
Estas anomalías a futuro
crean resentimientos y enemistades, pues permiten que salga premiado el vivo,
el ágil, el criollo, el amiguito de todos, el que llega de provincia con sus regalitos,
el que invita los almuerzos y el que pone las hembritas.
En teoría, La función de la evaluación
es diagnostica, de orientación, de promoción,
para favorecer el aprendizaje, mejorar el nivel educativo y mejorar el
desempeño del alumno. El objetivo principal de la evaluación es verificar el
nivel de aprendizaje para determinar las falencias en los métodos de enseñanza a
fin de modificarlos o reemplazarlos y asegurar la adquisición de competencias.
En la práctica la evaluación
muchas veces ha sido utilizada para descalificar, desalentar, ridiculizar, extorsionar,
desmotivar. Para implementar castigos,
para quitarte la salida de paseo, para imponerte servicios y tareas. Como un instrumento de venganza y hasta de acoso
sexual.
La evaluación por su
complejidad en los últimos tiempos ha adquirido el más alto nivel de importancia
en las instituciones de educación superior, en el marco de la formación integral
del educando, que obliga un cambio de la
estructura cognitiva de los docentes y evaluadores. Por lo tanto será necesaria
la competencia de profesionales de Nivel de Doctores y Magister en Evaluación
Educativa para obtener un diagnóstico adecuado e iniciar la solución de la problemática
evaluativa.
“Solo la educación salvará
al Perú”
LA PLUMA DE MAX