miércoles, 27 de abril de 2016

La evaluación en algunas Instituciones Castrenses de Latinoamérica.

Meritocracia, según el diccionario RAE es un sistema de gobierno en que los puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales.
La meritocracia establecida como método de valoración individual en algunas instituciones castrenses determina la formulación de los famosos cuadros de mérito, esto origina el puntismo, que se traduce como la lucha del alumno por obtener unos puntos más que sus colegas, a todo esfuerzo y a todo costo para mantenerse en una ubicación expectante.
El miedo de los evaluadores por evitar las injusticias o las apreciaciones erradas, hace que recurran a darles mayores puntajes a las evaluaciones escritas, donde se obtenga y disponga de una prueba fehaciente que evidencie la nota exacta del evaluado, en caso que por algún motivo el alumno reclame su nota obtenida.
El principal instrumento de evaluación es la prueba objetiva de alternativas múltiples, de verdadero o falso, de completamiento, porque permite implementar a mayor cantidad de educandos, otorga mayor rapidez en la calificación utilizando una simple plantilla, donde solo medimos la capacidad de memoria del alumno, cercenando su creatividad, producción individual, desarrollo de su intelecto, ejercicio de su juicio, capacidad de análisis, síntesis, entendimiento y agudeza, ingenio e inteligencia.
La doctrina que se profesa es heredada de las experiencias de la primera y segunda guerra mundial, no siendo posible actualizar sus contenidos, pues para modernizarlos se tendrían que ocurrir nuevas experiencias que impliquen movimientos de grandes fuerzas en condiciones de combate real que permitan sacar nuevas conclusiones y recoger experiencias que posibiliten hacer los cambios pertinentes, teniendo en cuenta la naturaleza de las fuerzas y la antigüedad de las armas que se dispone en el momento.
Esta falta de actualización de manuales y reglamentos, permite que durante décadas se sigan enseñando los mismos contenidos, que los instruidos recurran a los famosos “pellejos” (es un legajo que contiene las unidades de instrucción, las practicas evaluadas, las pruebas parciales y exámenes finales, es decir toda la información sobre los cursos de la misma materia que se desarrollaron en años anteriores con sus respectivas soluciones).
El iniciar un curso con un buen “pellejo” es asegurarse al menos el segundo quinto, pues los docentes no modificarán las plantillas de los exámenes o pruebas calificadas, no se darán la molestia siquiera de corregir los errores que se arrastran desde los años anteriores.
La ansiedad por obtener mayores puntajes ocasionará que algunos educandos recurran a métodos no tradicionales para remontar sus calificaciones, sin importar el principio de honestidad y lealtad que tanto se protege en las instituciones militares, atropellando a sus colegas y sin respetar el mérito individual de aquellos honestos que de buena fe se fajan por alcanzar el éxito.
Estas anomalías a futuro crean resentimientos y enemistades, pues permiten que salga premiado el vivo, el ágil, el criollo, el amiguito de todos, el que llega de provincia con sus regalitos, el que invita los almuerzos y el que pone las hembritas.   
En teoría, La función de la evaluación  es diagnostica, de orientación, de promoción, para favorecer el aprendizaje, mejorar el nivel educativo y mejorar el desempeño del alumno. El objetivo principal de la evaluación es verificar el nivel de aprendizaje para determinar las falencias en los métodos de enseñanza a fin de modificarlos o reemplazarlos y asegurar  la adquisición de competencias.
En la práctica la evaluación muchas veces ha sido utilizada para descalificar, desalentar, ridiculizar, extorsionar, desmotivar.  Para implementar castigos, para quitarte la salida de paseo, para imponerte servicios y tareas.  Como un instrumento de venganza y hasta de acoso sexual.
La evaluación por su complejidad en los últimos tiempos ha adquirido el más alto nivel de importancia en las instituciones de educación superior, en el marco de la formación integral del educando,  que obliga un cambio de la estructura cognitiva de los docentes y evaluadores. Por lo tanto será necesaria la competencia de profesionales de Nivel de Doctores y Magister en Evaluación Educativa para obtener un diagnóstico adecuado e iniciar la solución de la problemática evaluativa.
“Solo la educación salvará al Perú”
LA PLUMA DE MAX