Hoy me levanté angustiado, pensando en la seguridad de mi país, pues no puedo dormir tranquilo mientras estén latentes múltiples amenazas, el narcotráfico que se combina perfectamente con la corrupción de funcionarios y produce la distorsión de nuestra economía, el consumo desmesurado de drogas que afecta la salud física y mental de nuestros hijos, la inestabilidad política que crea un clima de inseguridad para la inversión privada, los movimientos subversivos que actualmente están en pleno proceso de recomposición para emprender sus baterías contra nuestra sociedad.
Por otro lado están los planes expansionistas de Chile que exige el uso de las aguas del lago Titicaca y su negativa para acatar las decisiones de la Corte, el reclamo centenario de Bolivia que pide una salida al mar, la insípida solución de fronteras con el Ecuador que nos obliga a la sesión de múltiples concesiones que a la fecha no las estamos cumpliendo, porque son inviables, el gigante Brasil, que quiere ser el “país mais grande do mundo” con sus políticas fronterizas expansionistas nos invade sigilosamente y se apodera metro a metro de nuestro territorio, la gran Colombia, grande en narcotráfico, grande en cartelaje y sicariato, nos exporta capos y sicarios de poca monta y empuja hacia nuestras fronteras guerrillas narcotizadas.
También están las nuevas amenazas que surgen como producto de la globalización y las exigencias de las potencias económicas, que vienen planteando la necesidad del control de las aguas y la amazonia, tratando de poner en práctica el llamado “derecho de injerencia” para intervenir en cualquier estado del tercer mundo.
¿Por qué ser siempre los improvisados, los explotados, los dominados, los conformistas, los perdedores?, no podemos pensar que otros nos defenderán de las múltiples amenazas que nos rodean, que las NNUU o la OEA van a defender nuestros derechos e intereses, eso es falso, acuérdense que estos organismos han sido incapaces de contribuir a la solución de los conflictos de Centroamérica, de las Malvinas y de Panamá en los años 80.
Nuestra constitución de 1,993 en su artículo 163 nos dice “El estado garantiza la seguridad de la Nación mediante el Sistema de Defensa Nacional. La Defensa Nacional es integral y permanente. Se desarrolla en los ámbitos interno y externo. Toda persona natural o jurídica está obligada a participar en la Defensa Nacional”, así como la primera Disposición Final de la Ley N° 28478 del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional, aprobada el 23 de Marzo del 2005, a la letra dice: “La educación en materia de seguridad y defensa nacional es obligatoria en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo del Perú”.
Lamentablemente puedo constatar que estas disposiciones legales no se están cumpliendo por parte de los organismos del sistema educativo y universitario peruano, al contrario, se están formando profesionales sin sentido de nacionalidad y orgullo patrio, sin motivación para defender nuestros intereses nacionales, sin una visión integral de la compleja problemática geopolítica del Perú en el contexto nacional e internacional, esto se aprecia cuando los profesionales ocupan los cargos más altos del Estado, no luchan por el interés nacional, cuando dirigen la política, aprueban contratos leoninos y a favor de las trasnacionales, cuando son gerentes en importantes empresas, se ponen a favor de los intereses de los propietarios y accionistas, o cuando son docentes desde su pódium no ejercen su poderosa influencia en el aula para trasmitir que la seguridad y defensa es condición fundamental para vivir en un país libre, democrático, independiente y que se mira de igual a igual con cualquier otro país de este mundo globalizado.
“Viva el Perú carajo”
La Pluma de Max